sábado, 4 de agosto de 2012

El toro rojo.

El toro rojo quiere encontrar unas manos que la hagan vibrar. Su mente no cree en mis palabras, sus labios se mueren de ganas. Pobre toro confundido, entre dudas y locuras se ha perdido. El toro salvaje no cree en el amor, tan pocos años, tan poco pudor. Con ojos profundos te dice que no, argumentos absurdos, fotografías y alcohol. El toro rojo es diferente, tiene alma, un alma demente.

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